LAS CANICAS

Mis tíos Víctor e Iñigo de pequeños eran muy traviesos y por eso no sabían ni qué travesura contar porque tenían muchísimas, así que me contaron unas cuantas, pero hubo una que me pareció muy original y graciosa y por eso la he elegido, y es esta:

Algún día, si veían a algunos chicos del barrio y estaban jugando a las canicas, mis tíos se hacían un agujero del tamaño de una canica en el tacón de las botas, pasaban por al lado de aquellos chicos, pisaban como si nada alguna canica y se marchaban. Más tarde, las cogían de los zapatos y seguían pasando de vez en cuando.

Los chicos de las canicas se preguntaban donde podrían estar sus canicas pero nunca pensaron el lo que pasaba en realidad.
Mis tíos al llegar a casa tenían muchas canicas y se lo pasaban muy bien jugando con ellas en casa. Como eran pequeños no se daban cuenta de lo que hacían.

Y esto es tan cierto como que me llamo Alicia, y si no os lo creéis se lo preguntáis a mis tíos Iñigo y Victor.

Alicia Blanco 6.B