Un día en el año 1968, cuando mi padre tenia 12 años fue con sus cuatro amigos que se llamaban: Txuma, Victor, Joseba y Bingen, a la iglesia del barrio, La Iglesia del Corazón de María.
Mi padre y sus cuatro amigos se subieron al coro de la iglesia para hacer unas travesuras.
Lo primero que se les ocurrió fue echar una bomba fétida en los pedales del órgano y cuando vino el señor a tocar, empezó a mirar a todos los lados para ver qué era ese olor tan asqueroso.
Mi padre y sus amigos no podían aguantar la risa al ver las caras que ponía el organista.
Después, cuando ya estaban por la mitad de Misa se les ocurrió otra brillante idea, echar polvos pica-pica a la gente que estaba abajo.
Al principio no parecía que estornudaban, pero luego empezaron a estornudar desde los bancos de atrás hasta los bancos de delante.
Al final el cura cuando estaba en la bendición levantó la Hostia y los vio en el coro dándose cuenta de quiénes eran los que habían hecho todas esas bromas.
Esto es tan cierto como me llamo Ane y si no os lo creéis se lo preguntáis a mi padre Pedro.
Mi padre y sus cuatro amigos se subieron al coro de la iglesia para hacer unas travesuras.
Lo primero que se les ocurrió fue echar una bomba fétida en los pedales del órgano y cuando vino el señor a tocar, empezó a mirar a todos los lados para ver qué era ese olor tan asqueroso.
Mi padre y sus amigos no podían aguantar la risa al ver las caras que ponía el organista.
Después, cuando ya estaban por la mitad de Misa se les ocurrió otra brillante idea, echar polvos pica-pica a la gente que estaba abajo.
Al principio no parecía que estornudaban, pero luego empezaron a estornudar desde los bancos de atrás hasta los bancos de delante.
Al final el cura cuando estaba en la bendición levantó la Hostia y los vio en el coro dándose cuenta de quiénes eran los que habían hecho todas esas bromas.
Esto es tan cierto como me llamo Ane y si no os lo creéis se lo preguntáis a mi padre Pedro.
ANE AIZPURU, 6. A
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